Disfonía Espasmódica

Es un trastorno de los movimientos de la laringe inducido por el habla, del cual no se sabe exactamente qué lo produce, pero se ha descartado un origen psicológico, aunque un 30% de los pacientes pueden tener como factor causal un evento emocional perturbador en su vida. Algunos pacientes tienen asociado un temblor esencial en alguna parte del cuerpo (manos y/o cabeza) y en la mayoría de los casos es en la voz. Existen básicamente dos tipos: aductora y abductora.

En la disfonía espasmódica aductora hay una hiper-aducción irregular de los pliegues vocales, la cual produce en estos pacientes una voz estrangulada o entrecortada con un inicio y terminación abrupta del habla, resultando en unas interrupciones cortas de la fonación. Algunos pacientes reportan que estos síntomas aumentan con el estrés y al hablar por teléfono, refieren que disminuyen al levantarse en las mañanas y luego de tomarse unos tragos, y en la mayoría de los casos pueden cantar y reír normalmente.

El otro tipo, la menos frecuente, es la disfonía espasmódica abductora, en la cual existe una hiper-abducción intermitente de los pliegues vocales, lo que produce una voz muy respirada, un esfuerzo muy grande para producir voz con una terminación abrupta del habla. Estos síntomas producen un lenguaje con susurros y sin tono alguno. Algunos pacientes exhiben síntomas de ambos tipos de disfonía espasmódica, clasificándose como del tipo mixto, pero se ha visto que es un fenómeno mas de compensación pues pacientes que tienen del tipo aductora tratan de evitar esos síntomas hablando con susurros o intentando no contraer sus pliegues vocales, y al contrario, los pacientes con el tipo abductora tratan de corregir al intentar contraer fuertemente sus pliegues vocales.

La evaluación de estos pacientes se hace con un completo examen de cabeza y cuello, un examen neurológico y una evaluación de la laringe con endoscopio flexible y estroboscopia. En cualquier caso, es difícil entenderles a estos pacientes lo que hablan y esto les dificulta mucho su comunicación por lo que su tratamiento es fundamental. El tratamiento actual más aceptado es la inyección de toxina botulínica en los músculos de la laringe que están afectados. Esta toxina producirá una parálisis transitoria (temporal) de esta musculatura inhibiendo las contracciones involuntarias y reduciendo los síntomas en estos pacientes. Su efecto dura en promedio tres (3) meses (entre 1 a 6 meses), y transcurrido este tiempo comienzan a reaparecer lentamente los síntomas originales, y es el momento en que se debe inyectar una nueva dosis. La terapia vocal y psicológica y el tratamiento por Neurología ayudan a aliviar los síntomas asociados (estrés, temblor esencial, mecanismos compensatorios vocales, etc.), pero no influyen en los producidos por la disfonía espasmódica como tal.