Nasofibrolaringoscopia
Es un examen que no debe faltar en la evaluación de todo paciente con trastornos de la voz y que idealmente debe acompañar a una estroboscopia laríngea. Se realiza con un endoscopio flexible introducido través de las fosas nasales . Esto permite al paciente cerrar y abrir la boca durante el procedimiento, lo cual es ideal para cumplir ciertas tareas que el examinador le solicita durante el examen. Su paso por las fosas nasales y faringe permite además evaluar cavidades y estructuras comprometidas en el proceso de resonancia vocal.
Existe una tendencia general a realizar esta endoscopia laríngea a través de la boca con un endoscopio rígido de 70°, pero al igual que con el lente durante la estroboscopia laríngea y con un espejo laríngeo durante una laringoscopia indirecta, requiere de una tracción anterior de la lengua, lo que impide analizar adecuadamente ciertas acciones que cumple la laringe. Con el endoscopio flexible se puede evaluar adecuadamente el estado general de la laringe, la movilidad de los cartílagos aritenoides y pliegues vocales, y la actividad de las estructuras supra glóticas, en actividades de la laringe como el canto, silbar, toser, deglutir, etc.
Este examen es rápido, poco molesto para el paciente, se realiza con el paciente despierto y sentado y debe realizarse aplicando un poco de vasoconstrictor y anestesia tópica local en la fosa nasal por donde se va a introducir la fibra óptica facilitando su paso sin generar dolor alguno, y debe ser también grabado para su posterior análisis.